Gesta Bárbara de Tupiza

Gonzalo Molina Echeverría

Entre las agrupaciones culturales que destacaron a principios del siglo XX en Bolivia está “Gesta Bárbara”, fundada en Potosí en 1918 (junio 16). Esta agrupación artística-literaria participa activamente en el acontecer cultural con Carlos Medinaceli, Arturo Peralta (Juan Cajal, luego Gamaliel Churata), José Enrique Viaña, Alberto Saavedra, Walter Dalence, Armando Alba, Daniel Zambrana, María Gutiérrez de Medinaceli, entre otros. Dio impulso a una corriente generacional, “renovadora y progresista”, para difundirse a otras regiones del país con un espíritu rebelde y bohemio, como una gesta (trascendente y duradero, de grande acción; una hazaña memorable, de influencia perdurable en generaciones posteriores) para despertar de ese estado adormecido, del estado de barbarie en que se hallaban el arte de la poesía, la prosa, la música y la pintura, en el ambiente potosino.

Influidos por esta primera “Gesta Bárbara”, una segunda generación surge en La Paz (1944) y Cochabamba. Por su parte, el profesor, escritor y poeta Hugo Molina Viaña, junto a otros escritores y artistas, organizó esta agrupación en Sucre (1948), Oruro (1949), Santiago de Huata (1950) y Tupiza (1951).

“Gesta Bárbara” de Tupiza[i]

Hace 70 años, un 17 de abril de 1951, Gesta Bárbara de Tupiza fue organizada por el joven profesor Hugo Molina Viaña[ii], en un acto literario denominado “Clarinadas de una Nueva Generación”, inaugurando así sus labores en el Salón de Actos de la H. Alcaldía Municipal.

El programa se desarrolló en dos partes: I. 1. Presentación de la nueva entidad. Lectura de la credencial otorgada por Gesta Bárbara de La Paz; 2. El espíritu de Gesta Bárbara, por el presidente Sr. Hugo Molina Viaña; 3. Fiesta India (Canción nativa), original de Godofredo Barrientos, interpretada por su autor; 4. Mensaje de Gesta Bárbara de Tupiza a la nueva generación boliviana, por la Srta. Cristina Cruz; 5. Lágrimas de amor (vals), original de Godofredo Barrientos, al piano por su autor. II. 1. A mi madre, poesía por su autor, Iván Barrientos; 2. Cantar bohemio (canción), original de Godofredo Barrientos, al piano por su autor; 3. Evocación de Gesta Bárbara de 1918, homenaje a Armando Alba, Alberto Saavedra Nogales, José Enrique Viaña, Carlos Medinaceli, Gamaliel Churata, Walter Dalence; 4. Nostalgias de mi tierra, interpreta su autor, Godofredo Barrientos; 5. Llegó la Primavera, poema por su autor, Raúl Guzmán; 6. Proclamación de Los Caballeros de Gesta Bárbara, por la Srta. Cristina Cruz; 7. Romance del Chorolque y Tupiza, poema por su autor, Sr. Hugo Molina Viaña. Cortina musical.

El surgimiento de Gesta Bárbara de Tupiza es reivindicado por Gamiel Churata como un nuevo signo de vitalidad, y saluda a la nueva agrupación en la impronta de Gesta Bárbara de Potosí que ha “merecido la consagración de generaciones posteriores, como la que hoy en Tupiza renueva el milagro de los mugrones otoñales. ‘Gesta Bárbara’ en la bella tierra de los Chichas afortunadamente constituye un mensaje de juventud /…/. Deseo, pues, para ‘Gesta Bárbara’ de Tupiza un suelo fecundo para la belleza, un ancho río de agua vigetales para la siembra del ideal, un horizonte ilímite, donde el cielo cuaje en rosicleres y alabastros y donde se vea clara la Cruz del Sur que marca el paso de la nave hacia la Vida”

Actividades destacadas

Entre las actividades desarrolladas por la nueva agrupación se pueden mencionar:

1. En un acto literario denominado “Con la luz de las estrellas”, se rindió “Homenaje a Carlos Medinaceli y Walter Dalence” (de Gesta Bárbara de Potosí),el 9 de junio de 1951 en el Salón de Actos de la H. Alcaldía Municipal. El Programa se desarrolló de la siguiente manera: I. 1. Palabras de ofrecimiento por el Presidente de Gesta Bárbara, Hugo Molina Viaña; 2. Número de Música por Godofredo Barrientos; 3. Flores de Inquietud de Juan Capriles, recitación por la Srta. Socorro Salinas; 4. Número de Música por Godofredo Barrientos; 5. Proclamación por la Srta. Betsy Campero. II. Homenaje a Carlos Medinaceli, 1. Lectura del Acta del Jurado Calificador del Concurso convocado en homenaje al escritor Carlos Medinaceli; 2. Número de Música por Godofredo Barrientos; 3. Lectura del trabajo que obtuvo el primer premio, por su autor; 4. Lectura del trabajo que obtuvo el segundo premio, por su autor; 5. Entrega de premios a los que se clasificaron en el Concurso por el Dr. René Cortez y el Sr. Héctor Solares, Caballeros de la entidad. Acta del Jurado Calificador: “Breve estudio sobre la obra de Carlos Medinaceli: La Chascañahui” (Primer Premio, por Tomás Eduardo Rey: Tomás Uzqueda Blacut), “Carlos Medinaceli” (Segundo Premio, por Hijo del Pueblo: Francisco Blacutt), “Carlos Medinaceli” (Trabajo en verso. Mención honrosa, por Hugo García: Paz Nery Nava).

2. Con los auspicios de GBT y “Avanzada Boliviana” de Oruro, se realizó un Acto Académico e inauguración de la “Exposición Pictórica del artista nacional Bernardo Barriga Salinas”, el 12 de junio 1951 en el Salón de Actos de la H. Alcaldía Municipal. El programa se inició con: 1. Himno Nacional; 2. Palabras de presentación por el Presidente de Gesta Bárbara Hugo Molina Viaña; 3. Declamación por la Srta. Socorro Salinas; 4. Número de Música por Godofredo Barrientos; 4. Palabras del presidente de “Avanzada Boliviana”, Juan Guillermo Barrios; 6. Número de Música por Godofredo Barrientos; 7. Presencia Poética de Iván Barrientos; 8. Número de Música por Godofredo Barrientos; 9. Palabras de agradecimiento en representación de “Avanzada Boliviana”; a cargo de Enrique Suaznábar Ochoa; 10. Número de Música; 11. Presentación del artista Bernardo Barriga Salinas, por el. Pdte. de Gesta Bárbara; 12. Inauguración de la Exposición pictórica.

3. Conferencia del Sr. Raúl Guzmán M.: “El Tratado del 20 de octubre de 1904 con Chile”, el 3 de agosto 1951 en el salón de la H. Alcaldía Municipal. Presentación por el Pdte. de Gesta Bárbara, Hugo Molina Viaña.

4. Velada de Gala de los “Primeros Juegos Florales de Tupiza”, el 10 de octubre de 1951 en el Teatro Municipal “Suipacha”. Velada literaria poética que fue ponderada de manera exitosa. La Comisión organizadora estuvo integrada por Hugo Molina Viaña y Berta Cruz; el Mantenedor, Dr. René Cortez V.; el Jurado Calificador lo integraban: Yolanda Bedregal, Alcira Cardona Torrico, Enrique Baldivieso, Jacobo Liberman Z.; y como Invitados especiales: María Gutiérrez de Medinaceli, José Enrique Viaña, Gustavo Medinaceli, Cnl. Federico Diez de Medina.

Programa: Introducción: 1. Himno Nacional; 2. Inauguración del acto por Hugo Molina Viaña; 3. Himno a Tupiza. Juegos Florales (Sesión de Consistorio): 1. Lectura de los documentos del certamen; 2. Presentación de los premiados; 3. Proclamación de la Reina; 4. Desfile de la Corte de Amor; 5. Ingreso y Exaltación de S.M. Doña Rosa Luz I (Rosa Luz Paz Soldán); 6. Discurso del Mantenedor de los Primeros Juegos Florales, Dr. René Cortez V.; 7. Lectura de los poemas premiados; 8. Entrega de la Banda, la Flor Natural, la Violeta de Oro, y el Jazmín de Plata, por S.M. la Reina (primer, segundo y tercer premio); 9. Ofrendas líricas de los poetas premiados a S.M. Rosa Luz I. Sesión de Arte: 1. Minueto de Pederewski, sólo de piano por Víctor Elías López; 2. “Jota”, La Madre del cordero, baile interpretado por las Srtas. Bertha Cruz y Olma Millán, Dirección de la Srta. Beatriz de Méndez; 3. Rapsodia Húngara Nº 2 de Franz Lizt, sólo de piano por Víctor Elías López.

El veredicto del Jurado Calificador fue el siguiente: “La Danza del Fuego” (Primer Premio, Banda del Gay Saber y Flor Nativa, a Tomás Eduardo Rey: Tomás Uzqueda Blacut), “Versos” (Segundo Premio, Violeta de Oro, a Neru: Juan Foret), “Cantar de mi tierra” (Tercer Premio, Jazmín de Plata, a Juan del Valle: Juan Foret).

Cuadernos Literarios

Como tema principal de los Juegos Florales de Tupiza, realizado el 10 de octubre de 1951, Gesta Bárbara de Tupiza editó unos Cuadernos Literarios (Nos. 1 y 2, 1952. Director: HMV). En el acto de inauguración, el Presidente de “Gesta Bárbara”, Hugo Molina Viaña, destacó la celebración por vez primera en Tupiza de este certamen literario, que a través del arte de la poesía, Gesta Bárbara “ha querido estimular o mejor revelar valores, presentándoles un estímulo que les crea una responsabilidad ante la nación, a los jóvenes que se presentan en esta justa”; exaltando la creación poética como una diversidad de corrientes para cantarle a la vida, la belleza y la naturaleza, cuya expresión artística debe fijarse en los valores de nuestra tierra y raza.

Contenido: Editorial, Reynolds y La Fontaine (ensayo) (Guillermo Francovich), La Puna (poema) (Enrique Baldivieso), Gesta Bárbara (saludo) (Gamaliel Churata), Blancas, Rojas (poema) (Yolanda Bedregal), Paradoja, La Pampa (poema) (Carlos Mendizábal Camacho), Sed (poema) (Antonio Ávila Jiménez), Poemas del Lunes (Gustavo Medinaceli), Primeros Juegos Florales de Tupiza, Portada (Jacobo Liberman Z.), Palabras inaugurales en los Juegos Florales de Tupiza (Hugo Molina Viaña), Veredicto del Jurado Calificador, Corte de la Reina, Danza del Fuego (1er. Premio) (Tomás Uzqueda B.), Discurso del Dr. René Cortez V. (Mantenedor de los Juegos), Crónica de la Velada, Adhesiones, Concurso en Homenaje a Carlos Medinaceli, Acta de los Pueblos del Sud[iii].

Notas

1 Conocida como la “La joya bella de Bolivia”, Tupiza es la primera sección municipal y capital de la provincia Sud Chichas, del departamento de Potosí, provincia que fue creada por Decreto de 26 de agosto de 1863 con su capital Tupiza.

2 En Tupiza, Hugo Molina Viaña se desempeñó como profesor de Geografía y de Historia en el Colegio Nacional “Suipacha” (enero-febrero 1951) y luego en la Escuela Fiscal de Niños “7 de noviembre” (marzo 1951-enero 1952), además de Secretario General de la Asociación de Maestros de Chichas. Es autor de la letra del Himno a Tupiza, estrenado el 8 de septiembre de 1951 en el salón de la H. Alcaldía Municipal de Tupiza.

3 En magna Asamblea de representantes de las jurisdicciones municipales y cantonales de las provincias Nor Chichas, Sud Chichas y  Sud Lípez, solicitaron a la Junta Militar de Gobierno la creación de un nuevo departamento con su capital Tupiza (“Acta de pronunciamiento de los pueblos del Sud para la creación de un nuevo departamento”. Tupiza, 4 de septiembre de 1951).


[i] Conocida como la “La joya bella de Bolivia”, Tupiza es la primera sección municipal y capital de la provincia Sud Chichas, del departamento de Potosí, provincia que fue creada por Decreto de 26 de agosto de 1863 con su capital Tupiza.

[ii] En Tupiza, Hugo Molina Viaña se desempeñó como profesor de Geografía y de Historia en el Colegio Nacional “Suipacha” (enero-febrero 1951) y luego en la Escuela Fiscal de Niños “7 de noviembre” (marzo 1951-enero 1952), además de Secretario General de la Asociación de Maestros de Chichas. Es autor de la letra del Himno a Tupiza, estrenado el 8 de septiembre de 1951 en el salón de la H. Alcaldía Municipal de Tupiza.

[iii] En magna Asamblea de representantes de las jurisdicciones municipales y cantonales de las provincias Nor Chichas, Sud Chichas y  Sud Lípez, solicitaron a la Junta Militar de Gobierno la creación de un nuevo departamento con su capital Tupiza (“Acta de pronunciamiento de los pueblos del Sud para la creación de un nuevo departamento”. Tupiza, 4 de septiembre de 1951).

Psicoanálisis y poesía: Edmundo Camargo en el tiempo de la muerte

Rosalba Guzmán Soriano

El siguiente comentario nace a raíz de la lectura de un artículo presentado por María Elena Lora en el espacio “Psicoanálisis y literatura” de la Nueva Escuela Lacaniana, Delegación Cochabamba, que hace un paralelismo entre psicoanálisis y poesía a partir de la obra de Edmundo Camargo, precisando la invitación del psicoanálisis a tejer con la palabra, a hacer significar más allá del hecho en bruto.

La palabra viva dice lo que no dice, dice más allá de la metáfora o metaforiza lo real.  Evidentemente, ese es un intersticio en el que el inconsciente y la poesía logran rozarse en los pliegues de la piel compartida en ese umbral. Así el psicoanálisis y la poesía, como puntualiza María Elena, “logran un decir de lo que no puede ser dicho”. 

Para el psicoanálisis el goce es aquello que va más allá del principio de placer, lo que no cesa de inscribirse en el inconsciente; el goce, en ese sentido, supone un sufrimiento en que el sujeto se ve lanzado a la repetición. Siguiendo este razonamiento Lora propone que, mientras el goce del sujeto encarna en su síntoma un sufrimiento encapsulado, para el poeta hacer poesía es un goce que se comparte. Yo diría que la poesía es la construcción de una llave mágica que abre el camino para nombrar ese dolor.

Otro punto a destacar en el artículo de Lora es la analogía entre la palabra analítica y la poética: el analista revela en su decir esa no correspondencia con la palabra del otro. La palabra analítica entonces puede tener un saber decir en el silencio, en el gesto, en un murmullo, en un pequeño acto, en un corte… La palabra poética tampoco se registra en la sintaxis prosaica de los dichos, va siempre más allá y así se constituye en una esfera de significaciones agalmáticas en el cuerpo del lector. Esto hace referencia al lazo entre un lector y un poema que de pronto lo toca, lo conmueve, crea resonancias. 

Edmundo Camargo, poeta chuquisaqueño, encontró su hogar en Cochabamba. Camargo dejó una herencia riquísima en los anales de poesía boliviana. Fue un hombre que vivió poco, no llegó a los 30. Murió a los 28 años dejando una única obra póstuma que publica otro reconocido intelectual (Jorge Suárez): “Del tiempo de la muerte”, libro que retoma Lora para su análisis.

                                      Yo tuve que nacer después de tanta herida
entre el ángel sanguinario
cuya espada abrió arpas de sangre.

                                       Era ya un día antiguo
bajo la sombra cárdena de las palomas
un tiempo mensurado
por este cementerio de sangres
que aún no es mío.

                                      Yo tuve que llegar
rompiendo las palabras
las formas
atravesar primaveras oliendo a azúcar
entre una población innominada
hallar arcilla para mi voz
manchar los lienzos puros de la nada
de pronto ver cómo del cieno
sonando antiguos cráneos
de la ceniza
un oleaje disforme de hombres
subía hasta mis límites
y hundían en mi sangre sus rostros
su vocerío ávido.

                                       Inmersa la población
desde el principio sus engranajes
pulsaron este tiempo que es mi tiempo
midieron esta voz
unánime dolor.

                                       El dios golpeó las húmedas estatuas
unió miembro con miembro
a dos gargantas dio el mismo signo
los órganos se confundieron
como barro enredando sus reptiles
los sexos fueron uno.

                                       Y entre tiempo que es de todo tiempo
de esa informe población
nací como un resumen de la muerte.

Para Lora, la palabra plena permanece conjugada al deseo y a la verdad de goce. Ante el vacío, en la poesía como en el psicoanálisis, no hay revelación sino creación.  Podemos pensar entonces que la travesía de un análisis es una travesía poética, marcada por el recorrido de los laberintos de la muerte, de la miseria y de la deflagración.

Ese saber hacer sobre el vacío, nombra la nada iluminando la oscuridad, la oquedad. Camargo no necesita tiempo, experiencia, saber, es el ser frente a la muerte, su poesía “hace hablar a la muerte”, nombra en el vacío lo que la muerte propone como horizonte. Y lo hace de un modo espeluznantemente bello.

Lora cita el verso “Nací como un resumen de la muerte” e interpreta ese enunciado como testimonio de un lazo fraterno, o más aún como si la muerte fuera su partenaire. Dirá “Camargo ilumina con poesía el espacio oscuro de la muerte; el cuerpo como un territorio donde habita el goce, nos permite escuchar el silencio de la muerte en medio del ruido de la vida”. El poeta se asoma a la nada, al vacío, lo bordea tocando sus aristas y dándole nombre con un lenguaje propio y singular. El cuerpo para el psicoanálisis es el yo, la imagen corporal que se refleja en el espejo en el que Narciso se dejó caer. El cuerpo es el depositario de los afectos, el espacio sensible de la mirada del otro, el hogar del sufrimiento y las pasiones del alma, desde ese cuerpo es que la muerte grita su silencio, el mundo calla.

                                    Quiero sentir la tierra circular por mis venas
morderla fríamente, clavarla con mis tibias
sintiéndome en su inmensa placenta, adormecido
como un niño a la espera de un nuevo natalicio.

Lora termina marcando el lazo que el poeta hace con la muerte, su reconciliación con ella, “un motor, en tanto crea voluptuosidad, da forma, voz, palabra”, así entonces revela el secreto del poeta, ese presente en su realidad discursiva que le permite crear sin negarla, sin pelear con ella, aceptando que morir es un acontecimiento de la vida.

El escritor y la ideología

Christian Jiménez Kanahuaty

Se ha dicho hasta el hartazgo de que el escritor es parte del mundo de lo social y por tanto está cargado de ideología, y que por ello, su representación de la realidad en lo escrito no es sino, la selección ideológica que él hace de los materiales simbólicos y referenciales que haya y que piensa que pueden ser narrados. Sin embargo, el movimiento de la ideología en manos del escritor habría que pensarlo desde otra perspectiva. Poner por caso que la ideología no es algo ya dado, sino que como dice William Rossberry, la ideología es algo que se va construyendo de a poco. Hay, dice él, un proceso en la construcción tanto de la hegemonía como de la ideología. No es como en Marx que surge como momento de epifanía a través de las condiciones de clase, que no son sino, las condiciones de trabajo en las cuales se insertan los hombres. Digo hombres y no sujetos, porque el sujeto, al menos desde el estructuralismo, o buena parte de él, está dado a partir de su contacto con las estructuras sociales e institucionales dichas y no dichas que la ideología produce. Pero, el cambio, el hombre es un ser que, de momento, hasta que es narrado, puede pensarse sin el marco de lo ideológico y por eso, hay un momento cero, en el cual no habría la ideología.

Entonces, cuando la ideología surge y atraviesa al hombre el sujeto adquiere porosidad. Dicho esto, lo que le queda al escritor, es, y no es poca cosa: narrar el momento en que la ideología como practica social aparece. No le interesa el momento, como al sociólogo o al politólogo, en el que la ideología ya está cristalizada o materializada y limitadas por las contingencias históricas.

El escritor no hace predicción, no especula. Más bien. Lo que hace es, alumbrar desde la interrogación aquello que está por suceder. Pero, lo interesante es que, narra la duda. Las grandes novelas, los poemas, la épica, los cuentos de Borges o en definitiva buena parte de aquello que conocemos como “los clásicos” son los que se animan a narrar la duda. Lo que leemos y recordamos de esos libros, es sí, una trama, unos personajes y un tono o una serie de imágenes, pero ellas en realidad son lo visible que oculta aquello que se revela en una lectura atenta y eso sería, la duda. Una inquietud. Una pregunta que flota. Algo que se intenta conocer, pero que la larga sólo se sugiere, casi del modo en que el policial indaga para dar con el perpetrador de un crimen.

Así, lo que tenemos, es que el escritor se relaciona de otro modo con la ideología y por ello resultan menos interesantes los trabajaos sobre la literatura que la abordan desde una perspectiva sociológica. Porque hacen que el texto diga aquello que jamás dice, y en su intento lo fuerzan y lo transforman sólo para probar hipótesis de trabajo académico, olvidando, entre otras cosas, que la literatura es sobre todo una forma de arte. Y que como todo arte debe ser analizado, visto y pensado o reproducido, desde sus propios términos.

No importa que los términos no estén claros en un nivel teórico, pero siempre lo estarán en un espectro estético. No porque sea la emoción la que hace del trabajo de los hombres arte, sino porque el arte interpela desde otras condiciones a los sujetos. La ideología es más bien, una construcción, también porque no le impide a los escritores jugar con las reglas formales de la escritura para romperlas. Más bien, parecería que sucede al revés. Es gracias a la porosidad de la ideología que los escritores juegan con las formas y las reglas. Dado que, si la ideología estuviera instalada de forma sólida y concreta, no habría forma de rebatirla desde el texto. Quedaría, tanto solo, ajustarse a sus dictados y como todo dictado presupone, es un acto de violencia donde alguien dice algo y el otro sólo transcribe en lo escrito aquello que fue dicho. La ideología en ese sentido dicta sentencia sobre lo social y condiciona su posibilidad. Pero en el terreno del arte y más en concreto en el ámbito de trabajo del escritor, la ideología está al servicio de los materiales.

No es como hacer una historia social de las cosas y seguirlas hasta que nos lleve hasta su origen, porque desde Foucault sabemos que no existe por completo aquello que llamamos genealogía, porque ella más bien se debe registrar a partir de los huecos. De las instancias de vacío y silencio. Y por ello, tenemos que la literatura en tanto tal rechaza de lleno la idea del realismo como acto de mimesis, sino que, apuesta por la representación, porque ante todo establece una relación el escritor con la realidad que está mediada por el lenguaje. Al hacerlo, lo que se tiene como resultado no es sino una forma nueva que ideológicamente no responde a nada hecho hasta ese momento y que prefigura lo que vendrá. Claro que una lectura deconstructivista apuntaría que el tanto el escritor como el texto mismo no existen como realidades concretas sino desde la existencia y presencia de lo dicho en el texto. Cosa muy distinta a lo planteada por el estructuralismo, pero encuentran contacto ambas escuelas en su análisis alrededor de la ideología, en tanto, evalúan su participación en el momento creativo, como una instancia que no condiciona ni limita el ejercicio del escritor, sino que lo acompaña y va alumbrando el escritor aquello donde la ideología aparece para nombrarla. La crisis, la desigualdad, la violencia, el arrabal, el amor, el viaje, por ejemplo, son sólo momentos en los que el escritor hace de la ideología no un discurso ni un modo de hacer las cosas, sino un personaje, es decir, como se presenta la ideología en el universo espeso de lo real y lo que resta, en entonces, darle seguimiento. Y mientras más ajustado esté el texto a esa presencia y al movimiento de la ideología más multidimensionales serán tanto los personajes como las tramas internas que despliega el texto.

La importancia de la memoria

Carlos Decker-Molina

Acabo de terminar de leer la novela de la japonesa Yoko Ogawa con un título muy sugestivo para estos tiempos: La policía de la memoria.

La novela transcurre en una isla de la que no se menciona el nombre. No se sabe quienes gobiernan, lo único que nos acerca al estado político de la isla es la Policía de la Memoria; novela escrita hace más de 30 años y recién traducida al inglés y al español.

Temible, atropelladora, represora y maldita, la policía, hace allanamientos de cuando en cuando, llevándose cosas para tirarlas luego a la hoguera del memoricidio.

La voz que cuenta la historia es el de una novelista de la que se ignora el nombre, oculta en un subterráneo de su casa, al señor R, su editor.

No se sabe si lo persiguen porque es editor o porque tiene un intelecto que tiene la habilidad de recordar, es decir, es un hombre con memoria, lo que lo convierte en peligroso.

Hay otro personaje que es el viejo (en la novela no figuran nombres propios) fue en un tiempo no especificado, el encargado de conducir el ferry desde la isla a la otra orilla que se ignora si es un continente u otra isla. El ferry esta encallado, por eso lo usa como vivienda. No hay memoria de que alguna vez navegó.

La escritora y el señor R, festejan el cumpleaños del viejo en el reducido sitio donde R este oculto. Por la capacidad de recordar, el señor R tenía escondida una caja de música que decide regalársela al viejo. La caja de música no sólo le hace sus días más llevaderos, la música lo lleva a senderos que parecían olvidados, es decir se producen atisbos del ayer.

Al no haber historia es decir memoria, no se sabe cuándo comenzó la dictadura, no hay alusiones a ningún tipo de ayer.

La gente no se da cuenta cuándo olvidó el sabor de algunos alimentos que desaparecen del mercado. Dejar de leer, parece lo normal. Nadie sabe qué día es o qué fecha.

No hay aproximación al poder político, es como si nadie recordara cuándo comenzó la dictadura, lo que se vive en el presente son las tropelías de la Policía de la Memoria, como si fuera siempre la primera vez.

Ayer se llevaron los calendarios, eliminando el tiempo, hoy queman libros, ni siquiera las fantasías escritas por novelistas y fabuladores, se salvan del fuego.

El hecho de haber obligado al olvido de la literatura se refleja en la escritura de la novelista, voz narradora de la historia, no puede retomar la escritura de su novela. R, su editor le recuerda que entre vocales y consonantes se forman las palabras y estas colocándolas unas tras otras forman frases y así se puede retomar la escritura.

La obra de Yoko Ogawa no llega a la grandeza de El talón de hierro de Jack London o de 1984 de Orwell, El cuento de la criada de Margaret Atwood, pero tiene el trasfondo donde habita la advertencia. ¡Cuidado! hay gobiernos elegidos o no que quieren borrar la historia.

Todas las dictaduras tienen el ministerio de la verdad o una policía de la memoria, a veces uniformada a veces disfrazada de poder judicial. Alguien podría sugerir que la democracia podría ser la cura, pero, hay democracias que fácilmente pueden convertirse en dictaduras y fundar policías de la memoria con ayuda de instituciones sin independencia como poderes judiciales o legislativos.

A veces hay parecidos entre la ficción y la realidad o ésta – la realidad – inspira para avizorar a través de la literatura los tiempos que pueden llegar.

En la novela, olvidar alguna fiesta popular, duele y pasa. La gente sin darse cuenta va aceptando el olvido y, cuando llega la policía a requisar los almanaques, ya es tarde.

El poder judicial, en algunos países de América latina, se ha convertido en la policía de la memoria, porque al no ser ni siquiera medianamente independiente, sigue el libreto del poder, ayuda a reescribir la historia o revisa la realidad para adecuarla al relato del autócrata. A veces plantean la duda: ¿Fue golpe o fraude? Buscamos justicia no venganza ¿Será? Leer la novela de Yoko Ogawa obliga a recodar a la intelectualidad de ayer, esa de las ideas, representada en la novela por el Sr. R, no la intelectualidad que se detiene en las palabras fuera de contexto o está enmudecida de miedo.

La Hoguera

El Grupo Editorial La Hoguera fue fundado el 30 de noviembre de 1989 en Santa Cruz de la Sierra. Sus creadores fueron Alejandro Coronado, Alfonso Cortez, Pedro Antonio Gutiérrez y Hebert Mojica. Todo comenzó cuando uno de ellos les presentó un manuscrito de cálculo diferencial e integral. Ese fue el primer libro de la editorial que comenzó llamándose Editorial Jisunú, un vocablo camba se refiere al huevo que se deja en el gallinero para que la gallina ponga más huevos. Aproximadamente un par de años después, se cambiaría el nombre a editorial La Hoguera, en referencia al antiguo ritual cotidiano de las personas reuniéndose alrededor del fuego a conversar y a compartir conocimientos. De ahí surgió el primer slogan de la editorial: el fuego del saber.

En esos tiempos, la Editorial comenzó vendiendo textos para universitarios y de ahí pasó al ámbito de los textos escolares para los niveles inicial, primaria y secundaria. Los primeros libros de matemáticas tuvieron tal éxito que, en 1992, eran el principal competidor del famoso libro de Baldor. Su primer lugar oficial de ventas fue en la calle Independencia número142, a media cuadra de la Manzana 1 en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. Actualmente la Editorial cuenta con librerías en ocho de los nueve departamentos y en nueve ciudades de Bolivia.

La Editorial La Hoguera se caracteriza por brindar un apoyo permanente a los educadores de Bolivia. Es por eso que, en el año 2007, nace la Casa del Maestro, una iniciativa para formar, capacitar y apoyar a los maestros a nivel nacional de manera totalmente gratuita.

La Editorial también cuenta con una amplia colección de más de 400 obras literarias de autores nacionales. Uno de los mayores hitos de nuestras obras literarias fue la creación del Plan Lector “Lean Cuantos Quieran”. El Plan Lector abarca más de 150 obras infanto-juveniles para chicos de todos los cursos. Todas las obras están categorizadas por edades, valores que se hablan en la obra y dificultad de la lectura. Además, cada obra viene con una ficha didáctica para que el alumno profundice en su comprensión lectora. Gracias a que nuestros autores son nacionales, los profesores y estudiantes que trabajan con nuestros libros del Plan Lector tienen encuentros con los autores en los colegios. Nuestro público objetivo son los colegios particulares de Bolivia.

La pandemia fue un golpe duro para la editorial, sin embargo, tenemos un equipo resiliente que se adaptó de la mejor manera a las nuevas tecnologías y necesidades. Ahora todos los servicios a los colegios se hacen de manera virtual a través de nuestras redes sociales y de la herramienta Zoom. También tenemos encuentros con autores de manera virtual y esto nos ha permitido que podamos llegar a lugares donde antes no llegábamos por distancia y accesibilidad. Este año también se ha desarrollado una plataforma que acompaña nuestros textos, lahogueradigital.com. Esta plataforma educativa posee recursos como videos, diapositivas, audios, imágenes y juegos para los estudiantes y profesores.

Tenemos varios proyectos en la parte tecnológica a corto, mediano y largo plazo. Desde mejorar nuestros servicios de manera digital, hasta poder vender los productos por la web. Estamos convencidos que la tecnología abre muchas puertas y genera oportunidades en lugares a los que antes no se podía llegar. De alguna manera, se democratiza la educación, el aprendizaje y el acceso a los libros.